jueves, 25 de octubre de 2012

Gotye, alguien a quién deberíamos conocer

 

Y la elegancia se hizo música





Cuando alguna que otra noche me planto delante de la televisión e intento ver el programa de Antena 3, El Hormiguero, no sé porqué extraño conjuro, siempre aparece ante mis ojos el gurú de la música electrónica en España, Carlos Jean, con toda la parafernalia de la que se puede hacer acopio para que suene música.
Es ingenioso. Él monta las bases y a través de su página y de sus apariciones en el programa, pide la colaboración de la gente para que intervengan en el montaje de la canción.
Las redes sociales van a conseguir que, miles de personas, de todo el mundo, le envíen alguna parte de la misma y, poco a poco, Jean va encadenando lo que finalmente suena como un tema, que seguro será “pelotazo” en todas las pistas de baile. Y a esto lo llama: el Plan B.
A mi me parece muy complicado, aunque los resultados son realmente buenos, sobre todo porque descubro con asombro, que hay gente realmente extraordinaria que sólo necesita un espacio para ser descubierta. Pues bien, eso es lo que ha pasado con Wouter “Wally” De Backer, más conocido por su nombre artístico: Gotye.
Un valiente que ha lanzado tres álbumes de manera indepediente y que junto a la cantante Kimbra, ha conseguido que su canción, “Somebody That I used to Know”, haya sido número uno en las listas de los cinco continentes y lo más increíble, que en Youtube se haya descargado, hasta este momento, 336.571.636 veces o lo que es lo mismo: más de trescientos treinta y seis millones de personas, hemos escuchado este tema a través de Internet. Lo que hace cierto que la música une y, en este caso, de qué manera.
Albert Eisten decía que, “las cosas hay que explicarlas para que pueda entenderla una abuela”, es decir, hay que poner en valor lo sencillo y esto queda demostrado, por los números estratosféricos de visitas que ha tenido este dúo en la web, que ha comprendido que no hay que hacer de la exageración una virtud, sino todo lo contrario. Ellos han hecho que entendamos en todo el sentido del refrán, lo que quiere decir que “menos es más”.
Un pie asoma por el lateral sobre un fondo blanco. Natural, simple e incluso anodino y aburrido a simple vista. Pero pronto aparecerá la cara y el cuerpo de Wally sobre el que se irá dibujando un cuadro cubista de una realidad desgarradora.
Willy  es el cuadro, y éste la vida misma. Una visión desestructurada de una relación de dos personas que creían conocerse y cuya verdad, no se asemeja a lo que pensaban y que da titulo a este tema: Somebody i used to know.
Ellos, que creían saber quienes eran  y que van conformando el cuadro de una relación, irán desentrañando y descubriendo, a ellos y a nosotros, que nada es lo que parece. Que somos desconocidos; perdidos en un mundo que nos cuesta entender y del que nos resulta difícil salir, porque no hay escape.
El video, por sencillo, llega a ser de un ingenio digno de admirar: utilizan la antigua técnica manual y un montaje cuidado con planos rápidos que van construyendo, con ayuda del ritmo de la música, un cuadro que  irá cobrando vida y del que formará parte el dúo.
Una música que nos suena simplista, pero que se irá acoplando a los trazos sobre los dos cuerpos desnudos. El Body Art, la música, el color, el dúo…todos conforman un todo que se irá haciendo insuperable.
Habrá momentos en el que la voz nos recuerde a Sting, pero Wally tiene una personalidad muy marcada y dejará claro quién es él y que ha llegado para quedarse entre los millones de personas que queramos escucharlo.
La cantante Kimbra, una mujer especial, al igual que sus canciones, completará una pintura trazada para separarlos. Con una voz rotunda, única y despojada de todo, como su cuerpo, se muestra al desconocido. Todo en el video y en la canción es pura piel y pulsión.
La música, al igual que Wally y Kimbra, está desnuda, no hay lugar para artificio alguno. Apenas se atisba nada que pueda obligarnos a que dirijamos nuestra atención hacia otro lugar. Es algo que nos recuerda, en este mundo complicado en el que vivimos, que lo natural, que lo simple, es lo que llega directamente a nuestro corazón. Y que la música, la de verdad, es la que se hace con las ocho notas que componen este pentagrama entre dos cuerpos que nos descubre una vida, que no es más que la nuestra.
Sólo encuentro un fallo: es perfecto y eso, da envidia.

Fuentes: Youtube, Gotye, Kimbra.
Redacción: Mª José Andrade Alonso




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